The Batman (2022) y Nirvana: dos almas gemelas

En The Batman (2022), su director Matt Reeves despliega una visión radical del mito del Caballero Oscuro. En su adaptación, nos muestra un héroe menos cercano al arquetipo del vigilante invencible y mucho más anclado en los matices íntimos del trauma, la melancolía y la desconexión emocional. En esta construcción estética y psicológica, la inclusión de “Something in the Way” de Nirvana no es un mero recurso sonoro, sino un eje conceptual que articula la identidad de un Bruce Wayne joven, introvertido y profundamente quebrado por el trauma. La melodía de la canción, casi hipnótica en su repetición, actúa como una prolongación de la voz interior del personaje, encapsulando en sus acordes el sentimiento de existir “debajo del puente”, es decir, en un espacio entre la vida pública que debería encarnar y la sombra solitaria a la que se ha condenado. Reeves reinterpreta a Bruce no como el playboy enmascarado de otras adaptaciones, sino como una figura más cercana al espíritu emocionalmente fracturado de Kurt Cobain: retraído, poseedor de un brillo oscuro, con la mirada perdida en un dolor que se renueva cada noche. La atmósfera húmeda, opresiva y decadente de Gotham funciona como un espejo del estado psíquico de este personaje; es una ciudad que no solo requiere un vigilante, sino que parece tallada a partir de las mismas grietas internas del joven Wayne. La canción, entonces, se convierte en un símbolo de pertenencia: no describe la acción, sino la sensación profunda de habitar un mundo donde cada respiración pesa y cada movimiento parece filtrado por la gravedad de un pasado que nunca se apaga.

La letra de la canción de Nirvana —con sus imágenes de deterioro físico y emocional— actúa como una metáfora extendida del estado vital del protagonista. Cuando Cobain canta sobre las goteras, los animales atrapados o la supervivencia mínima basada en hierba y humedad, no está hablando de pobreza literal, sino de una existencia impregnada de descomposición y abandono interior. The Batman replica ese sentimiento mediante decisiones formales precisas, con una iluminación tenue, paletas cromáticas empapadas en azules sucios y rojos marchitos, y un ritmo narrativo que enfatiza la introspección antes que la espectacularidad. Bruce Wayne vive atrapado no bajo un puente, sino bajo el peso insoportable de la expectativa familiar, la ausencia paterna y una misión autoimpuesta que funciona más como válvula de escape que como acto heroico. En su mirada hay el mismo cansancio que en los versos de Cobain: un joven que, incapaz de procesar su dolor, transforma su vulnerabilidad en una obsesión ritualizada. La canción refuerza esta idea al marcar un contraste entre la ferocidad externa del vigilante y la fragilidad interna del hombre que lo interpreta. Reeves utiliza la música no solo para ambientar, sino para situar emocionalmente al espectador dentro del cuerpo psíquico de Bruce, permitiendo que comprendamos cómo su lucha nocturna surge no tanto del sentido de justicia sino del deseo desesperado de darle forma a un vacío que lo devora. Este Batman no solamente pelea para sanar la ciudad, también lo hace para sanar su propia ¿locura?.

Finalmente, la presencia de “Something in the Way” en la película establece un vínculo simbiótico entre cine y música que eleva la narrativa hacia un territorio casi poético. La repetición de la canción en momentos clave subraya la evolución del personaje: al inicio, refuerza su identidad como una criatura de la oscuridad, atrapada en la lógica autodestructiva del aislamiento; pero a medida que la historia avanza, la melodía adquiere una cualidad reflexiva, como si el eco emocional de la letra despertara en Bruce una conciencia más amplia de sí mismo y del efecto que tiene en su entorno. Reeves no usa la canción para subrayar la tristeza, sino para exponer la profundidad de un proceso psicológico al que se ve sometido el protagonista. Una lenta transición desde un yo encapsulado en el dolor hacia un ser capaz de reconocer que la justicia implica empatía y no solo violencia. Las escenas finales de la película demuestran este hecho. Así, el puente metafórico bajo el cual vivía Bruce Wayne comienza a resquebrajarse, no porque desaparezca su oscuridad, sino porque empieza a vislumbrar la posibilidad de emerger parcialmente de ella. En esta lectura, The Batman se convierte en un estudio sobre cómo el trauma moldea la identidad, y “Something in the Way” funciona como la clave espiritual de ese viaje: una canción que encapsula el peso del desamparo, pero también la tenue promesa de transformación. La unión entre ambos crea un retrato cinematográfico de notable complejidad emocional, donde cada acorde y cada sombra contribuyen a la construcción de un héroe que no pretende ser perfecto, sino profundamente humano, herido e incesantemente en búsqueda de un sentido dentro del caos.