La circulación y validación de este "conocimiento-mercancía" está íntimamente ligada a la estructura de control impuesta por los rankings académicos y el oligopolio editorial científico. Los rankings internacionales de educación superior, promovidos por el Banco Mundial, actúan como un mecanismo de inducción a la competencia que obliga a las universidades a reexaminar sus misiones en función de una jerarquía global. Para alcanzar la clasificación de una universidad de clase mundial, las instituciones deben alinearse con la lógica mercantil, lo que implica, entre otros factores, atraer capitales privados, vender productos intelectuales y aumentar su reputación. Esta reputación se mide mediante indicadores que dependen fundamentalmente del volumen de publicación y citación del trabajo científico generado. Es aquí donde entra en juego el oligopolio editorial, compuesto por gigantes como Reed Elsevier, Springer Nature y Wiley-Blackwell, que concentran el capital y monopolizan la publicación científica de alto nivel. Este pequeño grupo de editoriales controla los canales de validación del conocimiento científico mundial. De hecho, el proceso metodológico de definición de las mejores universidades del mundo depende directamente de estos grupos editoriales. Este sistema crea un circuito económico singular: el investigador recibe un pago para producir conocimiento y luego, frecuentemente, paga para divulgar el conocimiento producido en las revistas de alto nivel que son referencia para los rankings. Las editoriales, por su parte, obtienen beneficios multimillonarios, demostrando que el comercio científico es un negocio altamente lucrativo.
En este complejo circuito económico, el profesor-investigador se convierte en el sujeto social cuya actividad se ve profundamente alterada, acentuando el fenómeno mercantil de su trabajo. El capital, a través del régimen de predominancia financiera, exige la producción de valor real en tiempo récord, lo que impone una presión sobre los investigadores, generando un gran sufrimiento y alienación. Las universidades, para atraer financiación y ascender en las clasificaciones, necesitan que sus científicos publiquen profusamente en las revistas internacionales mejor clasificadas, utilizando el score de sus investigadores como una forma de competencia por financiamiento con grandes conglomerados internacionales. Esta presión conduce a cambios estructurales en la academia, donde los investigadores se ven obligados a publicar constantemente, a menudo repitiendo o reformulando trabajos anteriores, lo cual no es tanto para la socialización del conocimiento como para funcionar como publicidad del producto y del propio investigador. La pauta de investigación ya no responde a las necesidades locales o a la autonomía del investigador, sino que es inducida por criterios exógenos, los que fija el Banco Mundial, imponiendo un tiempo de finalización que corresponde a la presión de los ciclos de movimiento del capital, no al tiempo científico. La falta de conciencia sobre esta dinámica lleva a la "máxima alienación," donde el autor no vende su producto, sino que paga para publicarlo, y se destruye a sí mismo mientras corre detrás de las posiciones en los rankings.
En última instancia, el concepto de "conocimiento-mercancía" encapsula la lógica por la cual la universidad moderna se ha convertido en un espacio de reproducción del capital. La búsqueda incesante de "más" resultados, impulsada por la meritocracia superficial de los rankings, coloca al investigador en una situación de insatisfacción inalcanzable, similar al Mito de Tántalo. Las consecuencias de esta explotación y el enfoque en resultados comercializables son graves, manifestándose en el agotamiento del trabajo del investigador, el aumento de problemas de salud biológicos y mentales, y la pérdida de la conciencia sobre los sentidos fundamentales de sus actividades. Este circuito, donde el valor de la investigación se mide por su capacidad de generar patentes o transformarse en productos financieros, confirma que el conocimiento, en el contexto de la predominancia financiera, es un medio para un fin: la continua acumulación de dinero sin necesariamente producir algo tangible o responder a las necesidades sociales. En el mundo de la mercancía, la peor tragedia es no llegar a ser mercancía.Referencia
Silva Júnior, J. R. (2023). RANKINGS, TRABALHO DO PESQUISADOR E CAPITAL. Educ. Soc. Campinas 44 e266708