
Antes de que existiera la “fregona” como la conocemos hoy, la limpieza del suelo se hacía con métodos más rudimentarios: bayetas o trapos que se escurrían a mano, y muchas veces fregar implicaba arrodillarse o estar en contacto directo con el suelo húmedo. De hecho, ya en el siglo XIX aparecen patentes de instrumentos de limpieza con palo y trapo: por ejemplo, en 1837 un inventor estadounidense obtuvo una patente para un tipo de mopa friega suelos. Pero esos aparatos no eran aún la versión moderna con cubo, escurridor y palo con mocho.
En España, durante la década de los años 50 del siglo XX, conviven propuestas domésticas que intentan modernizar la limpieza. Por ejemplo, en 1953 Julia Montoussé Fargues y Julia Rodríguez‑Maribona, registraron un “modelo de utilidad” (una forma de protección intelectual) para un dispositivo compuesto por cubo, palo y trapo destinado a facilitar el fregado de suelos. Este antecedente demuestra que la idea de mejorar la limpieza doméstica estaba en marcha, y que existía conciencia de que era deseable evolucionar los métodos tradicionales. Pero ese diseño no terminó de imponerse comercialmente ni alcanzar la difusión masiva que caracteriza a la fregona moderna.
El protagonista principal reconocido por la historia moderna de la fregona es el ingeniero aeronáutico español Manuel Jalón Corominas. Jalón estudió en Madrid, trabajó como oficial del ejército del aire, y durante una estancia en Estados Unidos observó un método más cómodo de limpieza en hangares: usaban mopas planas y cubos especiales, lo que le pareció una idea con gran potencial. Inspirado por ese sistema, en 1956 comenzó a fabricar en España los primeros cubos con rodillos para escurrir el trapo sin necesidad de hacerlo a mano, y combinó ese cubo con un palo y un mocho/trapo. A partir de ahí, su empresa —Manufacturas Rodex, fundada en 1958— empezó a comercializar el invento, que con el tiempo llegaría a millones de hogares. Finalmente, en 1964 Jalón obtuvo la patente de invención que reconoce oficialmente su diseño como “fregona moderna”, un conjunto que hasta entonces no había existido con éxito ni difusión similar. Gracias a eso, se le atribuye la condición de “inventor de la fregona”. Las fregonas de Jalón y su empresa se exportaron a decenas de países: Estados Unidos, China, y muchos más, lo que demuestra la eficacia del diseño y su aceptación internacional.
Y lo que resultó revolucionario no fue solo un objeto nuevo: permitió cambiar la forma de limpiar suelos. Con esta herramienta, muchas personas dejaron de fregar de rodillas, reduciendo el esfuerzo físico, los problemas en rodillas o espalda, y haciendo la tarea doméstica sustancialmente más cómoda.