Donald Trump afirmó haber puesto fin a siete conflictos internacionales durante su segundo mandato, presentándose ante la Asamblea General de la ONU como el "presidente de la paz". Sin embargo, los logros atribuidos a su administración han sido ampliamente cuestionados, ya que muchos de los acuerdos mencionados son considerados frágiles o no han llevado a una resolución duradera del conflicto. Veamos el listado.
Camboya y Tailandia: En julio de 2025, ambos países acordaron un alto el fuego inmediato tras cinco días de enfrentamientos que causaron 35 muertos y 300.000 desplazados. El acuerdo fue mediado principalmente por Malasia, aunque Estados Unidos, incluyendo a Trump, ejerció presión económica, amenazando con imponer aranceles del 36%.
Kosovo y Serbia: Aunque el conflicto principal terminó en 1999, la tensión persiste. Trump se atribuyó el mérito de un acuerdo de normalización económica firmado en 2020, pero las posturas sobre la independencia de Kosovo siguen siendo irreconciliables.
República Democrática del Congo y Ruanda: En junio de 2025, se firmó un acuerdo en Washington con el objetivo de poner fin al conflicto, pero el grupo rebelde M23, apoyado por Ruanda, ha continuado cometiendo violaciones graves, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, y el alto el fuego ha sido incumplido.
India y Pakistán: Tras una escalada bélica de cuatro días en mayo de 2025, ambas potencias nucleares acordaron un alto el fuego inmediato. Pakistán agradeció el papel de Trump, pero la India negó cualquier influencia de Estados Unidos en el acuerdo.
Egipto y Etiopía: No hubo guerra, pero existen tensiones por la construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope. Aunque EE UU ha mediado en el pasado, no se ha logrado un acuerdo definitivo, y el conflicto sigue latente.
Armenia y Azerbaiyán: En agosto de 2025, los líderes de ambos países firmaron una declaración de intenciones en la Casa Blanca para establecer relaciones diplomáticas y poner fin al conflicto por Nagorno Karabaj. Sin embargo, el tratado de paz final aún no ha sido firmado ni ratificado, y Azerbaiyán exige cambios constitucionales en Armenia.
Israel e Irán: Trump participó directamente en los 12 días de guerra que Israel inició contra Irán, proporcionando armas de gran potencia. Aunque el intercambio de ataques cesó, el conflicto no ha sido resuelto, sino solo aplazado.
Camboya y Tailandia: En julio de 2025, ambos países acordaron un alto el fuego inmediato tras cinco días de enfrentamientos que causaron 35 muertos y 300.000 desplazados. El acuerdo fue mediado principalmente por Malasia, aunque Estados Unidos, incluyendo a Trump, ejerció presión económica, amenazando con imponer aranceles del 36%.
Kosovo y Serbia: Aunque el conflicto principal terminó en 1999, la tensión persiste. Trump se atribuyó el mérito de un acuerdo de normalización económica firmado en 2020, pero las posturas sobre la independencia de Kosovo siguen siendo irreconciliables.
República Democrática del Congo y Ruanda: En junio de 2025, se firmó un acuerdo en Washington con el objetivo de poner fin al conflicto, pero el grupo rebelde M23, apoyado por Ruanda, ha continuado cometiendo violaciones graves, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, y el alto el fuego ha sido incumplido.
India y Pakistán: Tras una escalada bélica de cuatro días en mayo de 2025, ambas potencias nucleares acordaron un alto el fuego inmediato. Pakistán agradeció el papel de Trump, pero la India negó cualquier influencia de Estados Unidos en el acuerdo.
Egipto y Etiopía: No hubo guerra, pero existen tensiones por la construcción de la Gran Presa del Renacimiento Etíope. Aunque EE UU ha mediado en el pasado, no se ha logrado un acuerdo definitivo, y el conflicto sigue latente.
Armenia y Azerbaiyán: En agosto de 2025, los líderes de ambos países firmaron una declaración de intenciones en la Casa Blanca para establecer relaciones diplomáticas y poner fin al conflicto por Nagorno Karabaj. Sin embargo, el tratado de paz final aún no ha sido firmado ni ratificado, y Azerbaiyán exige cambios constitucionales en Armenia.
Israel e Irán: Trump participó directamente en los 12 días de guerra que Israel inició contra Irán, proporcionando armas de gran potencia. Aunque el intercambio de ataques cesó, el conflicto no ha sido resuelto, sino solo aplazado.