Corea del Norte y el culto al líder político

Corea del Norte: historia de un aislamiento ideológico y la construcción del mito

La historia contemporánea de Corea del Norte es la historia de un aislamiento deliberado, la cristalización de un proyecto político que, desde mediados del siglo XX, transformó un pequeño territorio de Asia oriental en un laboratorio extremo del totalitarismo moderno. Tras la liberación del dominio japonés en 1945, la península coreana quedó partida por la línea del paralelo 38: al norte, las tropas soviéticas instauraron un gobierno comunista encabezado por Kim Il-sung, mientras que al sur, bajo la influencia estadounidense, se consolidó un régimen capitalista. La Guerra de Corea (1950–1953) selló definitivamente la división. A partir de entonces, la República Popular Democrática de Corea —nombre oficial del país— erigió un sistema político en el que el culto al líder se convirtió en principio estructurante del Estado y de la identidad nacional. Kim Il-sung, autoproclamado “Gran Líder”, fue elevado a la categoría de figura casi divina, patriarca fundador y guía eterno. Su ideología Juche, mezcla de nacionalismo radical, autosuficiencia económica y marxismo reinterpretado, se impuso como dogma, desplazando cualquier forma de pluralidad política o religiosa. El aislamiento progresivo, sumado al miedo a la injerencia extranjera, consolidó un modelo que se presenta como el último baluarte de pureza ideológica frente al “decadente” capitalismo occidental. Cuando Kim Il-sung murió en 1994, su hijo Kim Jong-il heredó el poder, perpetuando la dinastía familiar y el aparato de control. Bajo su mandato se acentuaron la propaganda, el hermetismo informativo y la represión, al tiempo que el país enfrentaba hambrunas devastadoras y un declive económico estructural. Esta Corea del Norte, regida por el aislamiento y el culto al líder, constituye el escenario que Jon Sistiaga retrata en su documental Corea: amarás al líder sobre todas las cosas, título que condensa con precisión el eje ideológico de la nación: la veneración absoluta al dirigente como forma de fe política. En la actualidad Kim Jong-un rige los destinos de los coreanos del norte, como continuidad del régimen comunista dinástico que domina este país desde mediados del S.XX.

El documental: un viaje al corazón del culto

En Corea: amarás al líder sobre todas las cosas, el periodista español Jon Sistiaga logra acceder a uno de los países más cerrados del mundo, mostrando cómo el culto a la personalidad no es una metáfora, sino una liturgia cotidiana que impregna todos los aspectos de la vida social. A lo largo de unos cincuenta minutos, la cámara se convierte en testigo del teatro político que es Corea del Norte, donde la devoción al líder —en este caso Kim Jong-il— opera como una religión de Estado. El documental, rodado con la autorización vigilada del régimen, permite observar el país únicamente a través del filtro oficial: guías del Partido acompañan al equipo en todo momento, controlan las grabaciones, prohíben desviarse de los itinerarios establecidos y sancionan cualquier intento de contacto espontáneo con la población. Sistiaga, consciente del artificio, se sirve precisamente de esas limitaciones para revelar la estructura del engaño: su relato no busca desvelar secretos ocultos, sino mostrar la omnipresencia del poder y la escenografía de la obediencia. Desde las primeras escenas se percibe la paradoja de una nación que vive entre la miseria material y la opulencia simbólica del líder. Las calles de Pyongyang aparecen limpias, ordenadas, con desfiles y coreografías que celebran los logros del socialismo norcoreano; sin embargo, fuera del encuadre oficial se adivina la precariedad de una sociedad donde la escasez y la represión son la norma. La mitad de la población, señala el documental, sufre malnutrición crónica, mientras las élites del Partido se desplazan en automóviles Mercedes y habitan enclaves inaccesibles. La propaganda estatal —difundida a través de altavoces, retratos, himnos y consignas— penetra en escuelas, fábricas y hogares. Cada mañana, los trabajadores entonan canciones dedicadas al “Querido Líder”; los niños aprenden desde los primeros años que la gratitud a la familia Kim es el fundamento de la patria. Todo gesto, toda palabra pública, toda emoción visible está mediada por ese deber de reverencia. En el documental se observan rituales que evocan la piedad religiosa: filas de ciudadanos depositan flores ante las estatuas colosales de Kim Il-sung; las guías turísticas repiten fórmulas laudatorias con una fe monótona; la población responde a la cámara con sonrisas mecánicas que oscilan entre el convencimiento y el miedo. El equipo de Sistiaga no puede salir del hotel sin escolta: se les prohíbe filmar calles comunes, mercados o conversaciones espontáneas. El propio periodista subraya que la vigilancia constante es el mensaje: la transparencia forzada del régimen es en sí misma una forma de ocultamiento. Corea del Norte aparece, así, como un espejo invertido del mundo exterior, un país que ha elevado la obediencia a principio estético y la devoción al líder a mandato teológico.

El sentido simbólico: política como religión y el poder como dogma

El documental de Sistiaga no solo denuncia las privaciones y el control ideológico, sino que invita a reflexionar sobre los mecanismos simbólicos que sostienen el poder totalitario. Corea del Norte se presenta como un ejemplo extremo de “religión política”, un fenómeno en el que la autoridad se reviste de sacralidad y la obediencia se convierte en virtud moral. El título —amarás al líder sobre todas las cosas— alude directamente al primer mandamiento del cristianismo, estableciendo una analogía deliberada entre fe religiosa y lealtad política. En este sistema, Kim Jong-il —y antes su padre (y ahora el nieto)— ocupa el lugar de un dios secular: es el origen de toda legitimidad, el protector del pueblo, el garante de la identidad nacional. La iconografía oficial —retratos omnipresentes, estatuas colosales, inscripciones en murales— funciona como una liturgia visual que recuerda al ciudadano su deber de adoración. Las escuelas y los medios de comunicación actúan como templos donde se recitan los dogmas del régimen: la historia se reescribe para glorificar la genealogía de los Kim; la realidad exterior se reduce a amenaza o corrupción. Este fenómeno, que el documental capta con una mezcla de asombro y denuncia, va más allá de la manipulación política: se trata de un proceso de interiorización colectiva en el que la frontera entre creer y obedecer se diluye. Los norcoreanos que aparecen ante la cámara —estudiantes, soldados, funcionarios— no representan necesariamente la fe ingenua, sino la conciencia de que toda palabra pronunciada está siendo evaluada por el poder. En ese sentido, la devoción visible no es solo propaganda, sino también supervivencia. El miedo actúa como cemento de la comunidad: un miedo sagrado, revestido de amor obligatorio. Sistiaga deja entrever, con sutileza, la paradoja humana de quienes habitan ese universo cerrado: la tensión entre la fe impuesta y la necesidad de sentido. Más allá del exotismo o del horror, el documental sugiere que Corea del Norte es también un espejo distorsionado de las derivas ideológicas universales, de esa pulsión que lleva a las sociedades a buscar seguridad en figuras absolutas. En su conjunto, el documental se convierte en una meditación sobre el poder, la sumisión y la construcción del mito. La voz en off del periodista, sobria y contenida, se enfrenta a un paisaje donde la realidad ha sido sustituida por la representación, y donde el culto al líder no es una simple herramienta política, sino una ontología estatal: el país existe en la medida en que existe el líder, y el líder es, simbólicamente, el alma del país. Así, Corea: amarás al líder sobre todas las cosas no es solo un testimonio periodístico sobre una dictadura hermética, sino un estudio visual sobre la fabricación del dogma, sobre el modo en que el poder se vuelve religión y la religión se convierte en poder.

  • Cuatro Televisión (2007) Corea: amarás al líder sobre todas las cosas [Documental televisivo]. Dirigido por Jon Sistiaga. Madrid: Cuatro TV. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=oGePZWoF1k8

  • Filmaffinity (2025) Corea: amarás al líder sobre todas las cosas (2007). Disponible en: https://www.filmaffinity.com/es/film248715.html

  • Armstrong, C.K. (2013) Tyranny of the Weak: North Korea and the World, 1950–1992. Ithaca: Cornell University Press.

  • Myers, B.R. (2010) The Cleanest Race: How North Koreans See Themselves and Why It Matters. New York: Melville House.

  • Lankov, A. (2015) The Real North Korea: Life and Politics in the Failed Stalinist Utopia. Oxford: Oxford University Press.