En este mismo viaje, cruzando una España postmoderna y postindustrial, he atravesado pueblos con calles vacías, casas rendidas a la ruina y carreteras que ya no invitan a quedarse. Tal vez aquella fanega colgada sea algo más que un objeto antiguo: quizá sea un símbolo de un tiempo más próspero para Castilla, de días en que la medida servía para pesar cosechas abundantes y no solo para decorar paredes.
Fue en 1880 cuando España adoptó el Sistema Métrico Decimal. Y con él llegó la modernidad, como una riada que arrasa y a la vez fertiliza. Desde entonces, comerciar con buena parte del mundo es mucho más sencillo, y ya nadie necesita explicar que una fanega equivale a 55,5 litros… o a 6.459,6 metros cuadrados. Son cosas de la historia: cifras que encierran mundos perdidos.
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